4.01.2006

runrun

Puede que fuese demasiado tarde ya para hacerlo en esta vida, pero se juró que en la próxima no dejaría nunca que volviesen a pisarla. En estas cabilaciones se andaba la pequeña babosa cuando llegó el pisotón final. Sólo le dió tiempo a oir el ploff de su cuerpo derramandose.

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