Sólo podía comenzar. Empezaba piezas que nunca acababa, porque - decía- no soportaba los finales que - aseguraba - siempre eran tristes y olían a antiguo, a madero viejo y tierra mojada...
...tierra mojada, que placer, el crujir sereno de los granos de arena bajo sus botas o la suavidad penetrante de la aena de playa en sus pies desnudos, incluso la envolvente arena de río, casi lodo, en el fondo, donde no llegaba a ver...
...No llegaba a ver la maldad en los hombres, y de todos extraía, como nectar, lo mejor, aunque en ellos sólo hubiese un pequeño esbozo de alegría, de ternura...
...de ternura. Cuando le preguntaban de que material eran sus bellas composiciones y sus obras, siempre respondía que eran de ternura, " aunque no lo creais nunca uso materia, eso podría estropearlo todo" concluía...
...concluía, al fín, el día y la felicidad le resbalaba por la cara y caía en pequeñas gotitas a sus pies, donde timidamente formaban charquitos transparentes donde todo el que quisiera podía reflejarse y sumergirse hasta lo más hondo, allí, donde todo era verdad...
2 comentarios:
...verdad que llaman la atención los zapatos que usaba, dicen por ahí que un buen zapato lleva una gran persona...
Cordial saludo
Complacido de encontrar tu blog.
Naranjas, limones, junkuats, mandarinas, limas, pomelos.
Todos ellos comparten la acidez de su sabor, como cada uno de nosotros.
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La arena en los pies, la ternura de alguien, y la piel. Sugerente erotismo, sin duda.
Hasta pronto.
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